Planeta perdido.
La vida en Venus, hasta donde nuestro conocimiento científico nos permite juzgar, es imposible. La temperatura media en su superficie supera los 450 grados centígrados. La atmósfera de Venus está compuesta principalmente por nubes venenosas de ácido sulfúrico. Este no es el lugar más amigable para los organismos vivos del universo.
Pero no siempre fue así. Los científicos están seguros de que incluso hace un par de cientos de millones de años, Venus era una especie de copia de la Tierra. Con océanos, mares, cielos azules y buen clima. Pero el idilio geológico y meteorológico fue roto por Júpiter.
Se sabe que Júpiter es el planeta más grande del sistema solar: es 2,5 veces más grande que todos los demás planetas juntos. Los científicos han sugerido que Júpiter estuvo una vez mucho más cerca del Sol, pero luego cambió su posición. Y durante el movimiento, influyó en Venus de tal manera que se formó en él un efecto invernadero. Luego mató al paraíso floreciente, convirtiéndolo en un infierno al rojo vivo.
Los astrónomos llegaron a esta conclusión creando un modelo de nuestro sistema. Pudieron averiguar la ubicación de ciertos objetos en diferentes momentos, así como calcular cómo se afectan e influyen entre sí al moverse.
Durante el experimento, resultó que Venus alguna vez tuvo una órbita diferente. En ese momento, la vida compleja, la vegetación y los océanos azules probablemente existían aquí. Pero con la migración de Júpiter, el clima comenzó a cambiar: primero el planeta se calentó y luego se enfrió.
Se informa que esta teoría se ve confirmada por la detección de fosfina en las nubes de Venus. Se sabe que este gas es liberado por microbios. Posiblemente sean los últimos habitantes vivos del planeta.
Fuente: Phys.Org
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