La escasez mundial de chips tiene a todos los sectores de la industria en apuros, y los fabricantes de automóviles se han visto particularmente afectados. Tanto Ford como General Motors Co. (GM) están deteniendo la producción en algunas de sus principales fábricas, presumiblemente esperando hasta que lleguen más suministros.
Esas son malas noticias para cualquiera que desee comprar un vehículo nuevo, especialmente para aquellos que anhelan una camioneta o un SUV. GM está deteniendo sus filas en sus dos fábricas de camionetas más grandes, que principalmente fabrican camionetas GMC Sierra y Chevrolet Silverados.
Otras tres fábricas también se detendrán durante un par de semanas, y otras líneas como el SUV Chevy Traverse se verán afectadas. En total, ocho de sus quince plantas norteamericanas se cerrarán durante las próximas dos semanas.
Ford también está reduciendo su producción de la camioneta F-150, con una fábrica completamente detenida y otra solo con uno de los tres turnos de trabajo habituales. Otra planta en Kentucky que fabrica camionetas Ford Expedition, Lincoln Navigator y Super Duty funcionará con personal reducido.
Es un problema de toda la industria, con Toyota, Nissan y Stellantis, anteriormente Fiat Chrysler, todos cerrando plantas temporalmente o reduciendo las cifras generales de producción en las últimas semanas.
Eso ha tenido un efecto dominó en el inventario de los concesionarios, que tienen un 72% menos de vehículos en sus lotes en comparación con esta época del año pasado. Los precios han subido en respuesta, lo que está empezando a sacar a algunos compradores del mercado. Eso provocó una caída del 14% en las ventas en el último mes, en comparación con el mismo período del año pasado.
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