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¿Es justo avergonzar a un ciberacoso a cambio?

Hay una máxima popular que dice que no se puede corregir un error cometiendo otro error. Del mismo modo, no puede resolver el problema del acoso cibernético cometiendo otro acoso cibernético.

Es por eso que me sorprendió cuando me enteré de una nueva campaña de Kickstarter que busca exponer la identidad real de los trolls en línea mediante la construcción de una base de datos que contiene los nombres reales y la huella digital de aquellos considerados ciberacosadores basados ​​en informes de la comunidad. El hecho de que hayan cometido acciones irreflexivas contra otra persona no necesariamente les da derecho a sufrir el mismo sufrimiento. Ojo por ojo es una creencia antigua. ¡Es 2016!

cyberbully

La campaña de Kickstarter se lanzó para un sitio web llamado Social Autopsy, y tiene como objetivo ayudar a poner fin a la propagación del discurso de odio en línea, aunque de manera incorrecta. En lugar de detener la propagación del odio, es posible que solo perpetúe el problema.

Así es como funciona la campaña: los usuarios pueden enviar una captura de pantalla del discurso de odio de otro usuario publicado en cualquier plataforma de redes sociales y Social Autopsy usa la información para crear una gran base de datos de perfiles que contienen nombres completos, direcciones, escuelas y empleo. Eso significa que si ves a un amigo o enemigo atacando a otra persona en línea, simplemente puedes denunciar a esa persona en Social Autopsy, siempre que conozcas la verdadera identidad de ese usuario.

A partir de esta publicación, ya hay más de 20,000 presentaciones en el sitio web, y el contador continúa marcando. Social Autopsy tiene como objetivo alcanzar al menos 100.000 perfiles antes de su lanzamiento formal.

Social Autopsy promete bloquear a las personas para que no comenten en su base de datos para evitar que otros dañen a los propietarios de los perfiles, pero eso no garantiza que la información no sea utilizada contra esas personas. Por supuesto, hay varias formas en que alguien puede avergonzar al troll en línea en otras plataformas de Internet como una forma de venganza.

Sea como fuere, los trolls online también merecen respeto. No quiere decir que las víctimas del ciberacoso no merezcan justicia. Pero para resolver el eterno problema del acoso cibernético se requiere una exploración mucho más profunda de la raíz del problema. Golpéalo en su núcleo. No puedes acabar con las malas hierbas por completo si no arrancas sus raíces del suelo.

Como defensor de la privacidad en línea, también me horroriza que Social Autopsy comparta en línea datos personales como direcciones y empleo. Agrega un insulto a la herida, por así decirlo.