La controversia parece estar siguiendo a la empresa de electrónica surcoreana Samsung en todas partes. Recién salidos de los accidentes relacionados con el Note 7 y las críticas que siguieron al aparente retraso en su último buque insignia, el S8, la compañía ha logrado verse envuelta en otra controversia.
Los últimos informes de Forbes y The Verge han afirmado que la compañía aparentemente está acaparando la mayor parte del suministro de SoC Snapdragon 835 de próxima generación, lo que obliga a sus contemporáneos a conformarse con conjuntos de chips más antiguos para sus nuevos teléfonos.
Dichos informes también mencionaron que es muy probable que ningún otro teléfono inteligente cuente con el procesador Snapdragon 835 hasta que salga el Galaxy S8 de la compañía (fecha prevista de lanzamiento: 14 de abril).
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El chipset se presentó en el CES este año y se considera un sucesor del Snapdragon 820 SoC y cuenta con un rendimiento mejorado y tecnología de carga rápida junto con una variedad de otras características.
Mientras que una compañía comentó que estaba contenta con presentar el procesador Snapdragon 820 en sus teléfonos, otra dijo que el Snapdragon 835 siempre iba a llegar un poco tarde para los habituales retoques de principios de primavera en los buques insignia.
Forbes incluso llegó a decir que Samsung tenía los ‘primeros dibs’ en el procesador ya que la compañía tiene un acuerdo de producción con Qualcomm para construir el mismo. Además, comentó que los otros teléfonos inteligentes Android tendrán acceso al conjunto de chips a fines del verano, en caso de que esto sea cierto.
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Las últimas acusaciones dan un nuevo golpe a la credibilidad de la empresa, que no ha podido ignorar las controversias últimamente. Aunque Samsung aún no ha abordado la situación, se espera que pronto dé una respuesta.
