Las iniciativas oficiales de Estados Unidos para reconocer oficialmente a Jerusalén como la capital de Israel tuvieron una repercusión mundial. Un usuario de iPhone que vive en Kocaeli reaccionó a esta decisión y destrozó su iPhone.
Recientemente, tuvo lugar uno de los eventos diplomáticos más comentados de 2017. El último desarrollo en el tema de Jerusalén, que es la tierra santa para el Islam, el judaísmo y el cristianismo, cuya naturaleza jurídica nunca ha sido aclarada, empuja los límites de la mente.
El gobierno israelí, que lleva décadas presionando las tierras de Jerusalén, que en condiciones normales deberían pertenecer a Palestina, y persiguiendo a los palestinos, no retira su ejército de la ciudad.
La política de “la capital de Israel es Jerusalén”, que ha sido un tema recurrente de los gobiernos estadounidenses desde la administración Bush en 1992, fue aprobada por el polémico líder Trump. En otras palabras, EE. UU. ahora reconoce oficialmente a Jerusalén como la capital de Israel.
Todos tienen derecho a criticar y reaccionar ante esta decisión. De hecho, es el deber de muchos países oponerse a Israel, que controla la región con una actitud inhumana, a escala internacional. Pero estas respuestas funcionan cuando se ponen a escala nacional, no individual.
Mehmet Gümüş, que vive en el distrito Körfez de Kocaeli y es miembro del Ayuntamiento de MHP de la ciudad, reaccionó a la decisión de Jerusalén de la siguiente manera:
Sabemos que boicotear personalmente los productos estadounidenses o israelíes no puede ir más allá de una protesta simbólica contra tales decisiones. Como dijo Gümüş, el uso de productos alternativos tiene el mismo efecto.
Para reaccionar correctamente, es necesario producir conocimiento e industrializar este conocimiento. En otras palabras, si nos contentamos con romper teléfonos contra la decisión de Jerusalén respaldada por Israel o la vergüenza de la humanidad, ni estas decisiones terminarán ni la vergüenza de la humanidad.
Es un error pensar que si Turquía no usa el iPhone, Apple o los EE. UU. se preocuparán por esta situación, y que Israel se retirará de Jerusalén porque no puede vender Coca-Cola, y esperar un daño económico de esta manera.
Por otro lado, Coca-Cola, cuyo CEO es el empresario turco Muhtar Kent, no es de origen israelí y es el tercer empleador más grande de Palestina. Beber o no sigue siendo un asunto personal, pero si es fácil, que la salud sea la prioridad.
La respuesta correcta es producir.
