La era en la que vivimos está creciendo y desarrollándose en Internet en términos de ataque-defensa, como en muchos otros temas. Como tal, los ataques cibernéticos y los mecanismos de defensa se han vuelto muy críticos.
Ahora estamos en una nueva era en el mundo. Esta nueva era, conocida como la Revolución Digital, representa Internet y las innovaciones que trae Internet en su sentido más simple. Sin embargo, Internet, que elogiamos por la comodidad que brinda en cada momento de nuestras vidas, ha traído consigo un mundo completamente diferente de ‘crimen y violencia’.
En un comunicado realizado el año pasado, la OTAN anunció que se enfrenta a una media de 500 ciberataques cada mes. Aunque no lo miremos en base a estados e instituciones, siempre tenemos presente el peligro de ‘robar’ todo tipo de detalles como nuestras contraseñas, datos personales, datos de tarjetas, incluso en la vida cotidiana. Pero hay una manera bastante simple de prevenir esto individualmente; ser un usuario consciente.
Si nosotros, como individuos, usamos Internet de manera consciente, donde pasamos horas todos los días conectados de alguna manera, en realidad se ha dado un gran paso. Pero, por supuesto, desde una perspectiva más amplia, las instituciones y los estados también tienen algunas precauciones y procedimientos.
Como la OTAN se preocupa por garantizar la seguridad de sus países miembros y su existencia como institución en tierra, mar y aire, también trabaja en ciberseguridad. Si los ciberataques a los estados fueran ‘ataques con armas’, tendrían enormes consecuencias por su gravedad y alcance. Sin embargo, la OTAN toma un camino diferente cuando se trata de ataques cibernéticos.
Según el artículo 5 del tratado fundacional de la OTAN, se considera que un ataque contra uno de los estados miembros se ha cometido contra todos los estados miembros. Lo mismo ocurre con los ciberataques. Sin embargo, no se revela por razones de seguridad a qué nivel de ataque actuará la OTAN en el marco del artículo 5 y reaccionará seriamente al ataque.
De hecho, la OTAN generalmente actúa según el principio de ‘disuasión’ frente a ciberataques y amenazas similares. Este principio, que puede explicarse simplemente como ‘hacer sentir que el precio de la acción será alto’, ha sido bastante efectivo en muchos casos. Sin embargo, dependiendo del alcance del ciberataque, el contraataque, las sanciones económicas y diplomáticas o la intervención militar se encuentran entre las opciones de la OTAN.
Con una decisión tomada por la OTAN hace unos dos años, se incrementó el presupuesto para tomar precauciones contra los ataques cibernéticos, y muchos estados ahora son conscientes de que una de las principales amenazas es el ataque cibernético. En este caso, los estados están tomando precauciones sobre el tema, pero debemos recordar que la mayoría de los ataques cibernéticos más grandes se deben a simples errores cometidos por personas; como poner una unidad USB infectada en un estacionamiento y conectarla a una computadora, o hacer clic en un enlace roto en un buzón de correo electrónico.
Como mencionamos al comienzo del artículo, si tomamos conciencia de este problema individualmente y prevenimos los primeros pasos de ciberacoso y ataques, habrá cambios serios en el panorama general.
Fuente: https://www.wired.com/story/how-nato-defends-against-the-dark-side-of-the-web/
