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Cómo evitar criar a un zombi en la pantalla

Cuando su hijo era un niño pequeño, se iluminaba alrededor de bloques de colores, peluches y otros juguetes. Incluso el objeto más simple puede haberles traído alegría. Sin embargo, antes de que se dé cuenta, su hijo se graduará de las herramientas de plástico brillantes y de gran tamaño que se encuentran en el pasillo de los juguetes. Pronto, pedirán un dispositivo de pantalla real propio.

¿Estás listo para cuando llegue ese día? Es una gran transición para todos los miembros de su familia. Entonces, antes de comenzar a navegar por la última tecnología, considere cómo abordará el uso seguro y responsable de la pantalla con su hijo.

Su experiencia con su primer teléfono palidece en comparación con lo que experimentan los niños de hoy cuando obtienen su primer dispositivo. Los teléfonos para niños se han movido más allá de un medio de comunicación de emergencia, pasaron los símbolos de estado y ahora son parte integral de la vida diaria. Lo mismo ocurre con otros dispositivos como tabletas. Hoy en día, pocos niños carecen de un dispositivo inteligente.

A medida que surge una economía que prioriza lo digital, e incluso las escuelas adoptan el aprendizaje basado en la tecnología, la introducción de la tecnología es fundamental para el desarrollo de su hijo. Pero sin una planificación cuidadosa y una enseñanza consciente, corre el riesgo de convertir a su hijo en un adicto a la pantalla poco saludable.

Sin embargo, hay varias formas de encaminar a su hijo hacia el uso responsable de la tecnología. Como beneficio adicional, tendrá la tranquilidad de que se mantienen seguros y desarrollan límites críticos en torno a la vida tecnológica.

1. Establezca expectativas en torno a la tecnología

Lo más probable es que si está hablando de pantallas con sus hijos, hayan estado pidiendo una. Reserve un tiempo una noche cuando las cosas estén tranquilas y abra el piso para una discusión sobre los dispositivos. Comience preguntándole a su hijo qué espera ganar si tiene un dispositivo propio. Permítales tener suficiente tiempo para responder. Incluso si comparten esperanzas con las que usted no está de acuerdo, resista la tentación de intervenir.

Permita que su hijo exprese sus sentimientos, comparta su entusiasmo y se abra a usted. Darles la oportunidad de hablar genera confianza. Dejarles hablar primero puede mejorar la forma en que te escuchan. Practica la escucha activa y anímalos a desarrollar lo que están pensando.

Si están entusiasmados con las redes sociales, pregúnteles qué les parece divertido. Incluso si la idea de que sus hijos se conecten a Internet lo pone nervioso, mantenga la calma. Poner un muro tan temprano en la discusión puede resultar en una discusión innecesaria.

Una vez que hayan tenido tiempo para hablar, concéntrese en lo que es realista. Cada niño, padre y situación son únicos, y su plan de control de la pantalla también lo será. Discuta cómo se les permitirá usar su dispositivo si hay límites de tiempo de pantalla y más. Asegúrese de que nada en la discusión esté prohibido para que pueda crear pautas claras. Si no entienden una regla, tendrán dificultades para seguirla.

2. Déjalos ir

Eso es correcto. Déjalos ir. Una vez que haya establecido sus expectativas y su hijo las haya aceptado, depende de usted confiar en ellas.

Por supuesto, tener un dispositivo les da una muestra de libertad, por lo que pueden decidir probar los límites. Vigile de cerca el comportamiento de su dispositivo sin molestarlos. Si ves que se desvían, dales un recordatorio amable y la oportunidad de corregir el rumbo.

¿Ha aceptado que su hijo comparta sus datos y los informes de tiempo de pantalla con usted? Practique verificar sus informes semanalmente. De esta manera, su hijo obtendrá un poco de autonomía, pero usted se mantendrá actualizado sobre lo que sucede. Además, tendrá la tranquilidad de que no están acurrucados frente a su pantalla más de lo acordado.

Si le preocupa que estén en su límite, pregúnteles casualmente dónde están en su uso. Permitirles que se informen por sí mismos puede establecer una mayor confianza y alentarlos a compartir los errores antes de que se conviertan en un problema.

3. Modele el buen uso de la tecnología

Nos guste o no, los niños modelan lo que ven. Entonces, si su teléfono está prácticamente atado a su mano, puede ser el momento de reevaluar sus comportamientos. Si bien muchos adultos usan sus teléfonos inteligentes como extensiones de su trabajo, tenga en cuenta cómo se ve esto para su hijo. Asegúrese de dejar el teléfono a un lado para pasar tiempo juntos, de modo que comprendan que la interacción en persona es importante.

Decide en qué momentos del día o durante qué actividades no quieres que tu hijo aparezca en sus pantallas. El desayuno y la cena pueden ser buenas comidas para evitar el tiempo frente a la pantalla y poder tener tiempo en familia todos los días. Durante esas comidas, considere poner su teléfono en otra habitación. Haga que su hijo haga lo mismo. Esta forma de modelar les ayudará ahora y les conducirá a hábitos más saludables en el futuro.

Aunque no está sujeto a las mismas reglas, los niños notarán si su cara está bañada por una luz azul. Es posible que en algunas ocasiones tenga que romper sus propias reglas sobre no responder correos electrónicos a la hora de la cena. Aproveche la oportunidad para explicar lo que está haciendo y vea si puede mitigar su uso la próxima vez. Esta práctica puede tener el beneficio adicional de enseñarle a su hijo cómo puede autocorregirse.

4. Mantenga los registros informales

Usar las pautas y reglas que ha establecido como un punto de control natural es excelente. Sin embargo, es posible que solo cubra datos específicos. Es posible que no le brinde información sobre su hijo y su vida. Por lo tanto, tenga discusiones que se centren en su vida en la tecnología, en lugar de solo en los números.

Por ejemplo, es posible que desee obtener más información sobre sus experiencias en las redes sociales. O tal vez quieras saber si están usando su teléfono en el almuerzo, en lugar de socializar con otros. Pase lo que pase, desea evitar que el registro se sienta como un interrogatorio. Para hacer esto, comience la conversación hablando de usted mismo.

¿Viste una noticia interesante en tu aplicación de noticias? ¿Ver un video divertido? Tal vez el chat de su grupo familiar comenzó a hablar sobre la próxima reunión navideña. Comparta lo que su teléfono o dispositivo le ha ayudado a lograr y anime al resto de la familia a participar.

Si necesita abordar el uso excesivo de la tecnología, mantenga su tono tranquilo. Cuando se enfrentan a voces elevadas y miradas severas, las respuestas de huida o lucha de los niños se activan y es poco probable que escuchen. En su lugar, mantenga el tono conversacional y pregúnteles cómo creen que pueden hacerlo mejor.

Cuando el uso del dispositivo está bajo control, puede ser revelador escuchar desde la perspectiva de su hijo. Así como su hijo llega a la edad de respuestas de una sola palabra, tendrá una nueva forma de involucrarlos.

La tecnología es una herramienta que, cuando se usa con prudencia, puede tener grandes beneficios, incluso entre los usuarios más jóvenes. Con un plan sólido basado en la confianza, puede evitar la aparición de un zombi en la pantalla. Mejor aún, los ayudará a desarrollar hábitos tecnológicos saludables de por vida.

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