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Biocombustibles de cerveza sin vender: como el coronavirus descubrió la tecnología del futuro

La pandemia de COVID-19 ha cambiado el ritmo de vida habitual de toda la humanidad, convirtiéndose no solo en un problema global, sino también en un motor de progreso. Entonces, en la agenda había preguntas que hace seis meses parecían poco realistas. Los bares y restaurantes cerrados han provocado una sobreoferta de cerveza caducada, que se ha convertido en una excelente fuente para la creación de biocombustibles.

Tecnología de fabricación de combustible para cerveza

En la ciudad inglesa de Bristol se llevó a cabo una investigación única, cuya principal tarea fue la búsqueda de combustibles alternativos. El principal aspirante al título de “combustible ecológico” es el bietanol, que ha estado en el campo de visión de los científicos durante mucho tiempo. Pero tiene varias desventajas graves: se mezcla fácilmente con el agua, genera menos energía y corroe el motor.

Estudios adicionales han demostrado que el butanol es la opción más óptima, pero es extremadamente difícil obtenerlo de recursos ecológicos.

El principal desafío al que se enfrentaron los científicos de Bristol fue la conversión de etanol en butanol. En condiciones de laboratorio, la idea se puede implementar utilizando etanol seco puro, pero a escala industrial, tendrás que trabajar con soluciones de etanol obtenidas durante la fermentación.

Para ello, deberá crear determinadas condiciones técnicas para poder trabajar con una solución que contenga hasta un 90% de agua y otras impurezas.

La cerveza fue elegida como modelo para demostrar la nueva tecnología, ya que el etanol se puede obtener por fermentación. Utilizando catalizadores especiales, los científicos han demostrado que es posible convertir el etanol en butanol, que se convertirá en la base de los biocombustibles.

Los científicos de Bristol no son los únicos que piensan en el uso no estándar de la cerveza.

En Australia, la planta de tratamiento de aguas residuales de Glenelg ha convertido una bebida vencida no utilizada en una fuente de energía renovable. La cerveza se mezcló con lodos de depuradora en tanques de concreto sellados, en los cuales la mezcla se calentó rápidamente en un ambiente libre de oxígeno y se descompuso, liberando biogás. Además, la alta conductividad térmica de la bebida alcohólica la convirtió en un material “ideal” para el proceso anaeróbico.

Razón del procesamiento no estándar

Hay dos razones principales por las que científicos y tecnólogos de diferentes partes del mundo prestaron atención a la cerveza:

La contaminación del aire. La comunidad científica mundial lleva años luchando por solucionar un problema medioambiental que pronto podría convertirse en un auténtico desastre.

La razón fueron los gases de escape que se liberan durante la combustión de gasolina y combustible diesel.

Contienen sustancias peligrosas que contaminan la atmósfera y provocan el efecto invernadero.

Pandemia de COVID-19. En marzo, la mayoría de los países introdujeron cuarentenas para prevenir la propagación de la infección por coronavirus.

Todos los establecimientos, excepto las tiendas de abarrotes y las farmacias, se vieron obligados a cerrar.

Como resultado, las cervecerías acumularon una gran cantidad de cerveza rancia sin vender, que necesitaba ser utilizada.

La forma alternativa de utilizar la bebida alcohólica no solo salvó a la cervecería de la quiebra, sino que también se convirtió en un impulso para resolver el problema de la contaminación ambiental.

Perspectivas adicionales de la fuente biológica

Los científicos de Bristol han asegurado a la humanidad que no se quedará sin su bebida favorita. En cualquier caso, nadie pretende utilizarlo para crear biocombustibles a escala industrial. La cerveza se ha convertido en una excelente opción de demostración, por lo que los científicos ahora investigarán qué activó exactamente el catalizador para que funcione de manera efectiva.

En unos cinco años, el butanol se convertirá en un nuevo combustible “verde”.

Pero para el tratamiento de aguas residuales, una bebida alcohólica puede ser útil en el futuro si vuelve a haber un exceso en los almacenes. Sin embargo, esto es difícil de imaginar después del final de la pandemia, porque la probabilidad de que la gente quiera disfrutar del sabor de la cerveza fresca y relajarse con amigos es extremadamente alta.

La comunidad mundial está sufriendo un impacto sin precedentes en los últimos 100 años, que ha obligado a las personas a encerrarse en sus propios hogares. La demanda de bebidas alcohólicas, y especialmente de cerveza fresca, cayó de inmediato. Sin embargo, los científicos pudieron encontrar una solución temporal para las cervecerías, utilizando todas las reservas de la bebida de lúpulo para crear combustibles biológicamente puros.

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